Docenas de personas y una veintena de perros recorren vecindarios reducidos a cenizas, buscando muertos en casas y coches calcinados.
La cifra de 96 fallecidos confirmados por el momento ya lo convierte en el incendio más letal en Estados Unidos en más de un siglo.
Otros dos fuegos seguían ardiendo, incluido el que arrasó la localidad histórica de Lahaina, según un reporte el domingo por la noche del condado Maui.
Las autoridades advirtieron de emisiones tóxicas que afectaban también al agua corriente, ya que los incendios habían producido gases venenosos. Y muchos simplemente no tienen una casa a la que regresar.
Las autoridades advierten que aún no se conoce el alcance total del costo humano y medioambiental de un fuego que se movía a más de un kilómetro por minuto.
El fuego que se abrió paso el martes por la centenaria población de Lahaina destruyó casi todos los edificios de la ciudad de 13.000 personas y dejó una cuadrícula de escombros grises entre el océano azul y las verdes colinas. Ese incendio estaba contenido en un 85%, según el condado, mientras que el incendio de Upcountry estaba contenido en un 60%.
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«Queda muy poco aquí», dijo el gobernador, Josh Green, mientras sostenía un mapa de la zona con el título «Edificios dañados en incendios en la zona Lahaina de Maui».
Se estima que el valor de los daños es de unos 5.600 millones de dólares.
Cuando los equipos «encuentran escenas en casas o negocios, es muy difícil para ellos porque en definitiva saben que le dirán a nuestra gente que ha habido más fallecidos. Cuento con que las cifras suban», dijo Green.
La causa de los incendios se estaba investigando
En las horas previas al incendio que arrasó Lahaina, las autoridades del condado Maui no activaron las sirenas que habrían alertado a toda la población, y en lugar de eso optaron por publicaciones en redes sociales. Cortes de servicio en las redes eléctricas y de celulares complicaron aún más las comunicaciones.
Las llamas, avivadas por un verano seco y fuertes vientos de un huracán cercano, avanzaron con rapidez por zonas secas de arbustos y en un momento dado recorrieron una milla (1,6 kilómetros) por minuto, según Green.
«En definitiva, con esa clase de vientos y temperaturas de 1.000 grados (unos 500 grados Celsius), esas imágenes que verán serán fáciles de comprender», dijo.
Se trata del desastre natural más mortífero en el archipiélago en décadas, superando al tsunami de 1960 que dejó 61 muertos. También sobrepasó el incendio de Camp en 2018, que dejó 85 muertos y destruyó la población de Paradise.
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Mientras tanto, las autoridades en Hawái instaron a los turistas a evitar viajar a Maui, donde muchos hoteles se preparaban para alojar a personas evacuadas y personal de emergencias.
Green dijo que se ofrecerían 500 habitaciones de hotel para población local desplazada.
Otras 500 habitaciones se reservarían para trabajadores de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias (FEMA). Algunos hoteles seguirían operando con normalidad para ayudar a preservar empleos y mantener la economía local, dijo Green.
El estado quiere trabajar con Airbnb para asegurarse de que los residentes pueden acceder a viviendas en alquiler.