Xin Xin, la última panda de Latinoamérica no es un oso común, es originaria de México y es la única descendiente viva en todo el continente de un grupo de pandas gigantes que China regaló a países extranjeros en la década de 1970 y 1980.
El zoológico de Chapultepec, en CDMX, es uno de los dos únicos zoológicos en el mundo que tiene pandas sin supervisión directa del gobierno de China, pero esa era entra más a su final luego de que tras 50 años, Xin Xin, la nieta de los pandas dados por el gobierno chino en la década de 1970 no tuvo cachorros y a sus 32 años ya se encuentra en la menopausia.
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El futuro de esta estirpe puede llegar a su fin si el Gobierno de México no paga un millón de dólares por año por recibir en préstamos a una nueva camada de China en préstamo por 10 a 15 años.
Luego de la muerte de Shuan Shuan, la tía de Xin Xin, funcionarios de México comenzaron conversaciones con el embajador de China en México, y el gigante de Asia ahora presta pandas gigantes por ese periodo y ese monto anual para apoyar a la conservación de los osos en el país.
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Debido a la austeridad de la administración de Andrés Manuel López Obrador, aún no se ha manifestado si se está de acuerdo con la operación.
“Definitivamente, se tendrá que buscar algún otro esquema, pero, pues, dependerá mucho de la voluntad de ambos países y de necesidades”, expresó Fernando Gual, director general de los Zoológicos y Conservación de la Fauna Silvestre de la Ciudad de México.
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En 1984, China terminó el programa de obsequios y pasó a una política de préstamos de sus osos a precios altos.
Esa política convirtió a México en uno de los pocos países capaces de mantener cachorros de panda nacidos localmente y desde 1985, este programa obliga a los zoológicos a devolver los cachorros a China.