Después de más de 14 años de servicio, Edmundo Jacono Molina, terminó por ceder y este martes renunció como Secretario Ejecutivo del Instituto Nacional Electoral (INE), al considerar que no existen condiciones para continuar en el cargo y dejaría el cargo a partir del lunes 3 de abril.
La decisión la tomó tras conocerse los perfiles de las cinco mujeres que compiten por la presidencia del órgano electoral, todas ellas, en menor o mayor medida, ligados a Morena.
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En este sentido, el secretario ejecutivo del INE es la mano derecha de quien ocupe la Presidencia, por lo que Jacobo Molina prevé una situación ríspida e intransitable, ante los descalificativos que ha recibido por parte de Morena, por lo tanto manifestó que deja el espacio para que después de la asignación de los nuevos consjeros puedan elegir a la persona que consideren idonea para desempeñar el cargo.
Su renuncia, dijo, es para evitar la “politización de las actividades técnicas y ejecutivas del instituto, que por definición deben atender a criterios estrictamente técnicos”.
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“Desafortunadamente, el diseño institucional que procuramos durante tantos años, así como el equilibrio con el que siempre se ejecutó, fue roto en algunos meses por algunos actores políticos que en el más reciente debate sobre la reforma electoral hicieron de la operación técnica necesariamente y parcial, parte del debate político”, dijo Edmundo Jacobo en conferencia de prensa.
“Lo que me obligó a salir a la defensa pública de las instituciones electorales, que nos hemos dado a explicar las virtudes que ofrece el régimen vigente y a alertar sobre los peligros que implican varios de los aspectos incorporados por el denominado Plan B”, añadió.
Edmundo Jacobo hizo una denuncia en la que aseguró que desde las conferencias presidenciales se difundieron mentiras sobre él y su trayectoria. Desmintió que tenga tres décadas como servidor público en la autoridad electoral.
Y consideró que "la sobre exposición política a la que he estado sujeto ya no me lleva a tener el perfil para ocupar esa posición que yo ocupé todo este tiempo".
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Mencionó que los litigios que presentó contra una norma inconstitucional que indebidamente lo cesaba, nunca tuvieron como finalidad la consecución de un beneficio personal, porque en el fondo lo que se debatía es, en realidad, la concepción del Estado mexicano como un Estado de Derecho en el que se respeten las competencias conferidas por la Constitución a los órganos primarios del Estado previstos en la misma.
“A diferencia de quienes tildaron mi actitud como la de alguien que buscaba seguir ocupando un cargo, mi compromiso con el INE es defender un patrimonio que hemos construido entre todas y todos durante más de tres décadas y hoy es patrimonio de la sociedad toda. En mi estancia en esta institución he velado por su autonomía e imparcialidad, continuaré con esta actitud en otros espacios”, insistió Jacobo Molina.
Cabe mencionar que Edmundo Jacobo Molina había sido removido del cargo tras el decreto del llamado "Plan B" de la reforma electoral que impulsa el Gobierno Federal; sin embargo, el pasado 13 de marzo fue restituido, tal y como lo informamos en La Verdad Noticias, luego de que un juzgado de distrito en materia administrativa otorgó una suspensión definitiva en el juicio de amparo promovido por el funcionario.
El funcionario electoral llegó al cargo en 2008 y tras la reforma electoral de 2014 se mantuvo otros seis años y en febrero de 2020, dos meses antes de que concluyera su periodo, Córdova cabildeó en el Consejo General para reelegirlo por seis años más, hasta 2026.