Investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México midieron por vez primera la rotación del fondo oceánico que causa los que se conocen como sismos silenciosos o lentos y con esto se podría comprender el origen de grandes tsunamis.
Esto también podría ayudar a elaborar un pronóstico de terremotos en México, de acuerdo con los resultados del Instituto de Geofísica de la UNAM (IGf) del Proyecto SATREPS desde el año 2016 hasta el año 2022 en conjunto con la Universidad de Kioto, Japón.
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¿Cómo ayudan los sismos silenciosos a anticipar terremotos?
Los principales hallazgos de estos estudios indican que en los últimos seis sismos grandes que tuvieron epicentro en Guerrero y en Oaxaca, tuvieron lugar luego de varios de menor magnitud conocidos como ‘silenciosos’, así que vale la pena atender a esos movimientos, los que son imperceptibles muchas veces.
Los investigadores de la institución mexicana indican que esta investigación es un gran paso en el monitoreo y posible identificación de sismos de gran magnitud en México, pero recordaron que estos fenómenos no son predecibles.
El jefe del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, Vladimir Kostolglodov, dio a conocer que cuando es estable el régimen de eventos lentos cada cuatro años, se tiene que esperar a que ocurra un sismo, no ciertamente que ocurra, sin embargo pueden pasar.
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¿Qué son los sismos silenciosos o lentos?
Los sismos silenciosos o lentos son deslizamientos que están en contacto entre dos placas tectónicas, y estos movimientos se dan a conocer por ser de baja intensidad y larga duración y pueden durar horas o meses y los seres humanos no los pueden percibir.
La UNAM indica que estos sismos en México duran hasta seis u ocho meses y tienen lugar entre las placas tectónicas de Cocos (oceánica) y la de Norteamérica (Continental) y los seres humanos no las pueden percibir.
Estos ocurren cada 3.5 años en Guerrero y cada 1.5 años en Oaxaca de manera aproximada.